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13 de octubre de 2019

Pincho, luego existo (una historia de adaptación y supervivencia)

Por Sonia Riera

En una de las últimas fotos que me envió mi  hija desde Australia podía verse una especie de pez globo espinoso varado en la playa sobre una tabla de surf, y en otras —de su visita al zoo de Sidney—, aparecía el pequeño equidna: un curioso mamífero ovíparo cubierto de púas. Como la seña de identidad de este blog es un erizo,  pensé que era hora de hacer un post sobre animales con pinchos, púas o espinas.

No es un pez globo, es un pez erizo (fijaos en sus púas)

Aquí tenéis una muestra de ellos:

- El superconocido y tierno erizo terrestre. En Europa, Asia, África y reintroducido también en Nueva Zelanda.
- El puercoespín. Con más de veinte especies distribuidas por el viejo y el nuevo mundo.
- En Australia y Nueva Guinea tenemos al equidna, con sólo cuatro especies. Si no lo conocéis, pinchad aquí.
- Y también en los ecosistemas marinos. No olvidemos al erizo de mar —un invertebrado equinodermo—, y al pez erizo, parecido al pez globo pero cubierto de espinas.


Cubrir el cuerpo de púas funciona en el medio terrestre y marino

No es difícil hacer una hipótesis de para qué tienen púas, pero me gustaría explicaros cómo las consiguieron. Así que meted en vuestra cabeza esta máxima del genetista Dobzhansky: “Nada tiene sentido en la biología si no es a la luz de la evolución”. ¿Cómo iba a ser si no?

El proceso se conoce como “convergencia evolutiva o evolución convergente”: Del mismo modo que hay caminos que llegan al mismo destino desde lugares muy diversos (convergen), distintos animales llegan a adoptar la misma estrategia de supervivencia, aunque no tengan nada que ver unos con los otros, o vivan en hábitats muy dispares. Frente a un mismo problema adoptan la misma eficaz solución. Veamos en nuestro espinoso ejemplo...

Problema: evitar ser el almuerzo de los hambrientos depredadores.

      • Solución a: correr mucho, pero que mucho mucho.
      • Solución b: ser el rey del camuflaje.
      • Solución c: tener un caparazón duro e impenetrable.
      • Solución d: expulsar un líquido asqueroso de olor fétido.
      • Solución e: cubrir el cuerpo de púas que disuada al depredador a acercarse.
      • ......
      • ......
      • ......
      • Solución n: (pon aquí cualquier característica que permita a una presa librarse de acabar en el estómago del predador)

En los campus universitarios australianos se avisa de la presencia de equidnas (muchos de ellos mueren atropellados)

¿Pero, por qué adoptaron los pinchos y no otra solución diferente? Yo suelo explicar a mis alumnos que la Evolución por Selección Natural es como tunear un coche Smart (que, en nuestro ejemplo, sería el antepasado), con piezas que tienes en el garaje (mutaciones previas), para transformarlo en un coche de carreras (descendiente adaptado). Vamos, que nunca será un perfecto bólido, fabricado con ese fin, pero será seguro el coche más rápido que se pueda fabricar con lo que tienes. 

El adorable erizo africano fue catalogado hace pocos años como una especie invasora. No es una mascota

Bien, pues “tener pinchos” apareció de manera aleatoria, por un azaroso y casual error (mutación o mutaciones), en  los antepasados de todos esos animalejos, como podría haber aparecido cualquiera de las otras estrategias (es lo que yo llamaría "una buena pieza en el garaje"). Ello mejoró su capacidad de supervivencia, por lo que que poco a poco y generación tras generación, el carácter se extendió en la población y todos así consiguieron sus púas, daba igual su hábitat o cómo fueran antes. En resumidas cuentas: al erizo, al puercoespín o al equidna, la casualidad los dotó de la armadura pinchosa, como podría haberlo hecho con cualquier otra solución, pero no estaba en el garaje evolutivo para ser seleccionada. Cada pinchoso tiene además sus propias particularidades: el erizo de tierra se embola como una pelota, el puercoespín puede incluso soltarlas y clavarlas infectando los hocicos de sus depredadores, y el pez erizo se hincha además para parecer más grande. 

La evolución convergente en acción (autor desconocido)

Como veis, en la Naturaleza sobrevive el mejor adaptado, no  el más fuerte. A un depredador, las garras, el olfato o la velocidad le ayudan a cazar; a un  elefante, sus orejas le facilitan disipar el calor; y a un insecto palo, su aspecto y color le ayudan a pasar desapercibido. En cuanto al ser humano, su desarrollo cerebral le ha  permitido colonizar todo tipo de hábitats. ¡Quién sabe!, si en el  garaje de  nuestros antepasados hubieran aparecido los pinchos, a lo mejor los tendríamos, siempre y cuando mejoraran nuestra supervivencia, por supuesto. El mecanismo evolutivo es por tanto una maravillosa chapuza, cuyas consecuencias nos han llevado a ser lo que somos y por eso nosotros —como el resto de seres vivos— no somos perfectos, somos un Smart tuneado. Nunca lo olvidéis.


2 comentarios:

  1. Fantástico el post!! Perfecto ejemplo de evolución convergente (me gusta más que la palabra convergencia evolutiva). Y mil gracias por recordar que las especies silvestres (y bajo ningún concepto las invasoras)deben utilizarse como mascotas.
    Seguid trabajando chicos. Lo hacéis muy bien!!

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  2. Me encanta la sencillez con la que explicas la biología...Besos guapa¡¡¡

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