Días culturales del Molí del Sol

Por Sonia Riera

En un instituto de secundaria no todo es estudiar, hacer deberes, exámenes y vuelta  a empezar, también hay tiempo para hacer muchas otras actividades la mar de interesantes. En el Molí del Sol —entre muchísimas otras cosas—  se montan un par de jornadas culturales al año, en las que el timbre deja de sonar entre clase y clase, y en las que participamos profesores y alumnos. Como a los compis del departamento de Biología y Geología siempre nos gusta montar “alguna de las nuestras”, este curso no iba a ser una excepción.

El día cultural del 21 de Diciembre nos dio por hacer un pequeño taller de cosmética. ¿Y por qué de cosmética?: porque tenemos un laboratorio en el que marranear y hacer pócimas a gusto. A esto hay que añadir que así podíamos contribuir a mejorar nuestro aspecto para estar más guapetones y guapetonas en las fiestas navideñas (sin esperar milagros claro, seamos realistas).

La idea era usar ingredientes muy sencillos, fáciles de encontrar y baratos, incluso de los que se tienen en casa. Y nos pusimos manos a la obra con una crema facial que deja la cara más suavecita que la piel de un bebé —hecha a base de leche, patata cocida y miel— y un bálsamo labial de aceite de almendras dulces y cacao, al que dimos el toque final con unas gotitas de esencia de frutos rojos. Por cierto, tuvieron tanto éxito que nos quedamos sin existencias.

Pero tras el invierno que corta la piel y los labios llega la primavera y había que idear algo diferente para el día cultural del 14 de Marzo. Pensamos en contribuir a la divulgación y la presencia en el insti de la Ciencia y la Naturaleza, ya sabéis que no hay nada que más guste a este Erizo Agudo. Dicho y hecho, empezamos a prensar flores y plantas, y a recoger plumas y plumones. Con estos elementos, cartulina de colores y la plastificadora que "robamos" a nuestras compañeras de conserjería, todo el que vino pudo hacer un bonito marcapáginas. Hubo composiciones de lo más artísticas, y hasta quien le añadió una frase bonita; luego los plastificamos y quedaron estupendos. No se olvidarán de la naturaleza cuando estén leyendo su libro favorito —pensamos—, ¡y ojalá lo hayamos conseguido!

Por si fuera poco, el Ayuntamiento de Mislata nos prestó su maquineta de hacer chapas y ahí ya la gozamos del todo. Diseñamos varios tipos pensando en decorar mochilas, chaquetas y solapas de alumnos y profes. Pusimos bichos, microbios, fósiles, elementos de la tabla periódica, lemas en defensa de la Naturaleza, grandes mujeres y hombres de Ciencia e incluso hicimos alguna de lo más friki: como la de la foto 51 del ADN tomada por Rosalind Franklin, o la imagen de “Monesvol”, el dios de los pastafaristas. ¡Y también del Erizo Agudo, faltaría más!. Todo el que pasó por allí se llevó su chapa, y hoy la Ciencia, —y el Erizo Agudo— circulan por todos los pasillos del instituto.

Ahora estamos acabando y ya tenemos un pie en las bien ganadas vacaciones de verano. El próximo curso seguiremos haciendo cosas y os las seguiremos contando.

No puedo terminar sin agradecer a mis compañeros de departamento: Iván, Chelo, Mª José, Elda y Ana su entusiasmo en estos talleres que montamos y curramos entre todos y esperar que el Erizo Agudo, aunque es algo patoso, haya servido al menos para contarlo.