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17 de abril de 2018

Volverán las oscuras golondrinas...

Por Iván Moya


Así comienza un famoso poema de Gustavo Adolfo Bécquer, quien sabría de la llegada de estas aves al inicio de la primavera. En efecto, se trata de aves estivales, que vienen cada año desde África para pasar la primavera y el verano en nuestras latitudes, donde encuentran unas condiciones adecuadas para su reproducción.


Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero, ¿se referiría el poeta a las golondrinas únicamente o también a otras aves de aspecto similar como los aviones comunes? El caso es que mucha gente no conoce las diferencias entre golondrinas, aviones y vencejos; así  que esta entrada del “erizo agudo” tratará de arrojar algo de luz al respecto.

Empezaremos comentando las diferencias entre golondrinas y aviones. Tanto unas como otros pertenecen a la familia Hirundinidae, formada por pajarillos relativamente pequeños, pero de vuelo incesante y de vida fundamentalmente aérea, medio en el que encuentran los insectos que continuamente necesitan ingerir para mantener su metabolismo.

Las golondrinas, siendo las más abundantes y conocidas la comunes (Hirundo rustica), se caracterizan por tener una cola larga y muy ahorquillada. Sin embargo, en el caso de los aviones comunes (Delichon urbicum), su cola es más corta y menos ahorquillada. Además, los aviones tienen obispillo blanco (zona dorsal justo sobre la cola) y su garganta es blanca, mientras que las golondrinas comunes carecen de obispillo blanco y su cara es roja oscura.

También existen diferencias en cuanto al nido que construyen. En ambos casos lo hacen con barro y tienen forma de cuenco, pero en el caso de las golondrinas, la parte superior queda abierta y lo suelen situar debajo de zonas cubiertas como aleros de techos en corrales, patios o porches. Sin embargo, los nidos de los aviones están cerrados por arriba, y suelen ser abundantes en el exterior de muchas fachadas, aprovechando aleros o balcones.

                                                      

Golondrina común


Con algunas similitudes, pero de otra familia llamada Apodidade, tenemos a los vencejos. Se diferencian de golondrinas y aviones por sus alas más largas y “afiladas”, en forma de guadaña y por el hecho de tener unas patitas tan pequeñas que no les permiten ni posarse. De hecho, los vencejos nunca se posan (de ahí viene el nombre del género Apus), a diferencia de golondrinas y aviones, excepto para poner los huevos e ir a alimentar a las crías, pudiendo dormir e incluso copular en el aire. Los vencejos comunes (Apus apus) tienen un color uniforme oscuro, excepto en la zona de la garganta que es pálida. También se diferencian de los Hirundinidade por el hecho de no construir un nido de barro, sino que utilizan huecos y grietas bajo tejas o en paredes.



Vencejo común


Por tanto, respecto a estas aves, las 3 especies más comunes serían las ya comentadas, aunque aquellos/as más observadores/as rápidamente identificarán otras especies como las golondrinas dáuricas (Cecropis daurica) o los vencejos pálidos (Apus pallidus). O incluso podrán observar que en ciudades costeras como Valencia, en invierno también hay aviones, aunque en este caso son los llamados aviones roqueros (Ptyonoprogne rupestris) que invernan cerca de la costa.



¿Y por qué habríamos de respetarlas? Pues por un lado porque su presencia alegra nuestro espíritu añadiendo color a nuestras ciudades y peublos, permitiéndonos mantener el contacto con la naturaleza aún cuando vivamos rodeados de coches y grandes edificios. Y porque además, su presencia es el mejor y más “ecológico” insecticida, pues consumen cantidades enormes de mosquitos.

Sin embargo, a pesar de lo beneficiosas que son, estas aves tienen muchas dificultades para encontrar lugares en los que nidificar. Esto es debido a que muchos edificios se reforman o se construyen de tal manera que quedan menos huecos para que estas aves coloquen sus nidos o incluso hay quien los destruye voluntariamente, a pesar de que están protegidos por la Ley. Es cierto que pueden ensuciar un poco, pero existen métodos muy sencillos  que permiten resolver el problema fácilmente, como la colocación de bandejas metálicas o de madera debajo del nido.

Nosotros en el instituto Molí del Sol, tenemos la suerte de contar con unos cuantos nidos de avión común, que son ocupados cada año a la llegada de la primavera. Allí, sobre la fachada del instituto, de cara al patio, los aviones sacarán adelante una nueva generación, mientras alumno/as y profesores/as, ajenos a su actividad, estamos inmersos en la nuestra.

Ojalá que estas líneas sirvan, para que un día alguno/a de vosotros/as invierta unos segundos de cualquier tarde o incluso del patio, observando y disfrutando de los acrobáticos vuelos de estas hermosas compañeras, y teniendo una mejor predisposición a su conservación, que en definitiva es la de nuestro planeta. Así pues, contribuyamos a que a pesar de todas las adversidades a las que se enfrentan cada año, las golondrinas, aviones y vencejos vuelvan a nuestras ciudades y pueblos...







                                                


Avión común
 


 Golondrinas comunes (la garganta naranja indica que es son jóvenes) 

Bibliografía:

- Svensson L., Mullarney K. Y Zetterström D. Guía de aves de España, Europa y región mediterránea. 2010. 2ª Edición. Omega, Barcelona.

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