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16 de marzo de 2019

Curiosidades y utilidades del eco

Por Jaime López

Los coches, los truenos, el correr de un río, la bulliciosa gente... todos ellos emiten sonidos que oigo. En ocasiones, aunque no siempre, soy capaz incluso de volver a escuchar una y otra vez los que yo mismo emito. ¿Pero cómo es posible?,¿sirve para algo? —me pregunté—, así que me puse a investigar y encontré muchísimas cosas interesantes. 

Se trata del ECO, ECO, ECOOOO.... 


El eco es un fenómeno físico que se produce cuando las ondas de sonido rebotan en superficies duras, y retornan al mismo lugar de donde salieron. Es como tirar una pelota de ondas contra una pared: la tiras, rebota y, en este caso, vuelve dándote en toda la oreja. 


"Eco y Narciso" de J.W. Waterhouse - Art Gallery (Liverpool)

¿Y por qué recibe ese nombre?. Puede que lo sepáis si sois expertos en mitología griega, pero supondré que no, y así tengo excusa para contaros una historia de amor y celos entre dioses del Olimpo, ¡que me río yo de los líos de la casa de Gran Hermano!. Pues veréis: Érase una vez  una hermosa ninfa llamada Eco; de su boca salían las palabras más bellas,  y transformaba incluso las más ordinarias en preciosos sonidos. Zeus, rey de los dioses del Olimpo,  cayó rendido a sus encantos y engañó a su esposa Hera que, loca de celos, castigó a Eco quitándole la voz y haciendo que sólo pudiera repetir la última palabra que pronunciara su interlocutor. Pasado un tiempo, la ninfa se enamoró de un bellísimo pastor llamado Narciso, pero cuando ella quiso expresarle  sus sentimientos él se burló, por lo que, avergonzada, se retiró a una cueva donde acabó sus días.

Muy bonita la historia, vale. Pero a parte de repetir mi nombre cuando lo grito dentro de una cueva: ¿Se manifiesta de alguna otra manera?¿Sirve para algo? Pues al parecer lo de repetir palabras es lo de menos:


El hundimiento del Titanic pintado por el alemán Willy Stöwer

En navegación, los barcos emplean el sonar —Sound Navigation Ranging— para averiguar la profundidad del mar. Para ello se emite una onda sonora que rebota en el fondo y su eco llega de nuevo a la embarcación. Por cierto, a raíz del desastre inaugural del Titanic, un tal Lewis Nixon empezó a realizar pruebas para poder detectar icebergs a distancia. ¡Pobre Leo Dicaprio!, esto le hubiera salvado la vida a él y a otras 1.496 personas. Por desgracia, el "insumergible" Titanic, no tenía esa tecnología.


Murciélago descansando en el bodeguillo 
del abuelo de Sonia (Fuentelcésped - Burgos)

Los murciélagos son unos extraordinarios mamíferos voladores  de   actividad  nocturna —no penséis que gustan de salir de copas los sábados por la noche—, y utilizan el eco de sus propios chillidos para orientarse y cazar insectos. Esta capacidad es conocida como ecolocalización, y permite a este incansable depredador nocturno atrapar  hasta 1.200 mosquitos en una hora, por lo que son unos estupendos controladores de estos irritantes dípteros. Y un apunte más que seguramente no conozcáis: hay personas ciegas con una habilidad parecida, capaces de sortear obstáculos emitiendo chasquidos y aprovechando su eco. Dejo aquí este enlace por si tenéis más curiosidad sobre este fenómeno.

Os cuento también algo que comprobé en primera persona: en la “vía verde de Alcoy" —una antigua vía ferroviaria abandonada en la provincia de Alicante , ideal para recorrerla  caminando o en bici—, hay un largo túnel de más de 300m. Si una persona emite un sonido desde un extremo, otra en el extremo opuesto es capaz de escucharlo. Y es que el sonido rebota en las paredes duras del túnel recorriendo tan larga distancia. ¡Se me erizaron las púas al comprobarlo! —diría nuestro pequeño bloguero curioso—. Este mismo fenómeno, pero a lo bestia, es lo que pasa en una "mascletà" fallera: la onda expansiva de las detonaciones se dispersa por el aire rebotando con todo lo que encuentra a su paso y el efecto rebote del sonido, estando a pie de calle rodeado de edificios, es mucho mayor que estando en balcones y azoteas. Y por si fuera poco, deja ese olorcito tan rico a pólvora que en Valencia nos anuncia la llegada de la primavera.


Y también se usa el eco en medicina. Con el estetoscopio o fonendoscopio el médico puede escuchar los ruidos intestinales, pulmonares y cardíacos del paciente, gracias a la resonancia de las ondas sonoras que van recorriendo un tubo estrecho hasta sus oídos.

Podría contaros muchas más cosas, pero no acabaría nunca...

Os propongo, para acabar, que dejéis un rato los móviles, cojáis dos latas o dos vasitos de yogur, los unáis con una cuerda y, al tensarla,  probéis el "teléfono a corta distancia”. A lo mejor no tenéis ni idea de lo que os hablo, pero preguntad a vuestros padres y os contarán esos y otros inventillos de un tiempo sin consolas, WhatsApp ni redes sociales que, aunque poco tengan que ver con el tema que nos ocupa, les hará resonar en su corazón —con la maravillosa voz de la ninfa Eco— los tiempos de su infancia. ¿A qué esperáis para probarlo?

1 comentario:

  1. Preciosa la historia!!. Gracias a la ninfa Eco por prestar su nombre e este maravilloso fenómeno físico. Muy bien contado, de verdad, enhorabuena!!.

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